Soy punk porque digo las cosas a mi bola (¡más original, más veces y mejor -¡más alto!-). Soy el más punk porque no me trago tus dogmatismos (¡cómete el mío si quieres muñeca!). Soy punk porque aborrezco las modas (bastante tengo con llevar el peso de marcar tendencia). Soy un engendro esnob gafapasta, con palo de selfie, silla reclinable, pantalla plana, ratón ergonómico (para evitar el síndrome de túnel carpiano), iphone 6 dorado (¿sabes qué es la exclusividad? mmm qué rico...). Sin moverme del sitio hago click en me gusta y sube el pan (¡pan!); hago RT y digo WTF in your face (incluso estando solo en la habitación -por pura convicción, ¿entiendes gilipollas?-); actualizo mi instagram y uso el blur, el gaussian blur, el vignette; adoro mi pecho rasurado, mi tupé, la laca (la-ca... ¡ah! ese tufo que me deja a producto recién hecho me recuerda que soy DIOS). Me masturbo y no, no pienso en ti, prefiero recrearme en la imagen que creo que la gente tiene de mí mismo. Fantaseo con quitarme la vida. Me desprecio profundamente. Después de todo la muerte de DIOS es necesaria.
Soy punk, ¿o es que no me oyes?
P.S. Que hartazgo, chico...
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