Me gustan los sitios que ayudan a mirar dentro de lo cotidiano y valorar aquellos matices que pasan normalmente desapercibidos.
Al día siguiente de haber leído el "más graffiti" publicado en El Planeta Perdido, me encontré con este rincón. Curiosamente llevaba más de un mes pasando por delante. Dos veces al día, cinco días a la semana para ser exactos: camino de Santiago y de vuelta a Cerceda.
Hoy, un par de semanas despues, he tenido un momento de respiro y decidí parar el coche para sacar una instantánea. Allí, delante del mural, me tiré un buen rato casi sin darme cuenta. Con la puerta del coche abierta y alguno de los temas del Tierra trágalos de Klaus & Kinski sonando de fondo. Fué un momento especial y un buen comienzo para una semana que se adivina agotadora.
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