Acabo de ver este vídeo (gracias Rosana) y se me ocurre que la autoestima es una necesidad básica. Hay quien la alimenta con dinero y quien la edifica en el mismo centro de un paisaje inventado. Sobra decir que ambas fórmulas son lícitas (junto al millón que quedan aquí sin citar).
Lo realmente injusto es saber que tu elección está en ocasiones en manos de alguien incapacitado para ver que esas necesidades que tú tienes son tan valiosas como las suyas. Alguien que dice defender "el bien general de la sociedad" aunque en ella no reserve un espacio que tú puedas ocupar y en el que puedas crecer.
Lo digo, por supuesto, desde el punto de vista de una persona no influyente. Alguien que ha intentado hacer su parte con suma perfección (¿no es esa la definición de artista?) pero que, al cabo, ha conseguido hacerlo solamente "lo mejor que le ha sido posible".
Y no, no me estoy quejando. A lo largo de diez años (ya casi once) he tenido la ocasión de aprender de unos cuantos profesionales excepcionales y también, claro, de algunos pocos miserables.
Me he visto en todo tipo de situaciones. Con cada una de mis decisiones he intentado echar abajo aquella ley no escrita que reza: "Para triunfar [con independencia del campo] hay que ser un poco cabrón" y tengo que decir que todavía no he conseguido situarme en una posición ventajosa.
Ahora voy a empezar a impartir clases y la responsabilidad de formar a otras personas es abrumadora. Espero que ese rato junto a ellos en las aulas les sirva para aprender habilidades y que estas les ayuden a seguir sin miedos su propio camino. Yo sigo disfrutando cada día del mío. Y no será porque me lo hayan puesto fácil (más bien porque es para mí una necesidad básica seguirlo y una cuestión de autoestima).