Lo cierto es que no tengo ni idea de cuanto durará esta nueva obra. Pero aquí estamos (que no es poco).
Parece que, una vez más, nos embarcaremos en una aventura corta. Y todas las dudas están ahí, todos los miedos. Hasta ahora siempre me las he arreglado para buscar un culpable para los desastres en los que se acaban convirtiendo cada uno de los cortometrajes que emprendo (que emprendemos).
Pero la verdad es que el último, Cafés de Papel, ha funcionado muy por encima de lo esperado teniendo en cuenta que era un proyecto muy muy limitado (muy humilde se puede decir). Y este inusitado resultado nos ha brindado la oportunidad de rodar, antes del fin del verano, otro corto (esta vez con más recursos).
Estoy aterrado, porque la historia yo creo que está bastante bien (es divertida y tiene un punto optimista que yo creo que gustará) y eso significa que esta vez si algo sale mal será por mi culpa y no podré esconder mis incapacidades detrás de la falta de medios o vete tú a saber qué.
Estoy gestando este nuevo hijo con esperanza, pero tengo al mismo tiempo la impresión de que esta vez me estoy dejando llevar. Puede que sea porque, por primera vez, la pre-producción no la estoy haciendo sólo. Así que valga esta primera entrada posterior a la reforma del blog para reconocer el trabajo que, desde ya, están haciendo por el nuevo proyecto: Abi, Roberto y María (Gracias por vuestra paciencia: ¡¡¡Os quiero!!!).
Por cierto, os dejo un enalce (a modo de primicia) con la posible Banda Sonora... A ver qué os parece.