17 noviembre 2015

Cuestiones (17) / "El gallego es un rollo"

Estoy aquí para saldar una cuenta pendiente.

Sí. Me mataba por dentro escuchar a un niño gallego decir aquello de "el gallego es un rollo". Estaba convencido de tenía que haber detrás un problema de educación. Puede que ese niño no tuviese en casa unos padres que valorasen la importancia de los idiomas, con más razón el que nos es propio. Vivía convencido de que necesitaban una figura materna/paterna (¡ambas!) que les recordase que las palabras son un modo muy sencillo de llegar al corazón de la gente. Y me reafirmaba pensando en lo reconfortante que resultaba para mí escuchar la cantarina forma de hablar que tenemos los de la costa, el marcado acento de interior, las mil variantes de la palabra cerdo (cocho, rello, rancho,...).

No. La educación no es la causante necesariamente. En nuestra familia la madre habla castellano y yo gallego (la mayor parte del tiempo). Incluso cuando hablamos entre nosotros (ella y yo) hacemos de ese cruce de idiomas algo natural. En la guardería les hablaban en gallego. Aprendieron a leer y escribir con cuentos en gallego. En el colegio al que van un porcentaje muy alto de los niños usa el gallego al jugar. Nosotros tenemos el entorno muy a favor... y eso no ha impedido que el más pequeño piense que "el gallego es un rollo".

¿Es un fracaso en la educación que está recibiendo? Rotundamente no: el camino no ha hecho más que empezar. Pero en cualquier caso hay que tomárselo como un aviso y también como un punto sobre el que reflexionar. Una cadena de reflexiones, para ser más exactos:
  • ¿Para qué sirven los idiomas? Para comunicarnos. Alguien habla, otro escucha, descodifica y comprende el mensaje. ¡Pura magia! Pues con el gallego que yo hablo no sucede eso. Cuando hablo con la gente del pueblo no son pocas las veces en las que no me entienden. ¿Por qué? Supongo que porque yo empecé a utilizar nuestra lengua en el instituto, cuando tomé un poco de conciencia de lo importante que es poner en valor los tesoros de uno para que no se pierdan en el olvido. Por lo tanto aprendí el llamado gallego "normativo".
  • ¿Qué es eso del gallego normativo? Pues "un rollo". El gallego normativo es una especie de máquina de Enigma que cambia el código cada poco tiempo: Digo "avó" por "abuelo" o "beizos" por "labios" (solamente me niego a decir "grazas" por una absurda ilusión mía de rebledía). Intento estar a la última con los cambios ortográficos y morfológicos, pero son tantos y tan frecuentes que me sobrepasan. Algunos me parecen directamente infantiles.
  • ¿Por qué tanto cambio? Esa pregunta nos lleva de forma natural a otra: ¿Cómo evoluciona una lengua? Los mecanismos son diversos, pero en líneas generales supongo que debería ser una evolución prácticamente imperceptible encaminada a satisfacer las necesidades de la comunidad con respecto al idioma (incorporación de términos que abarquen las nuevas tecnologías, asimilación de ciertas formas de hablar por comunes y extendidas,...). Pues no. Aquí los cambios dan vértigo: un grupo de iluminados, aislados en su cubil de sabiduría, y siempre en pro de la modernidad, toman una serie de decisiones que ocasionan una ruptura entre el gallego-hablante de toda la vida (el que lleva años defendiendo y divulgando nuestra lengua en su día a día) y el que irrumpe en el panorama con la ilusión del que defiende una causa perdida (tú y yo).
  • ¿Es el gallego como idioma una causa perdida? No. Pero cuesta sostener una lengua en la que "casi todo" está permitido en el habla y son innumerables las diferencias con la escrita. Aquí se produce de hecho otra inquietante ruptura: entre el gallego que se puede hablar y el gallego que se debe escribir. Resumiendo: "un rollo".
Acabando dejo caer por el ojo de la piedra de moler nuevos granos de los que hacer harina, los preceptos sobre los que se asientan las continuas modificaciones lingüísticas*en nuestro idioma:
  1. (La lengua normativa) ha de ser necesariamente continuadora de la lengua hablada por la comunidad.
  2. (El gallego normativo) ha de ser supradialectal y lograr el mayor número posible de hablantes (...) que se identifiquen con las soluciones acordadas.
  3. El gallego común debe seguir las buenas tradiciones de la lengua gallega que sean compatibles con la forma de ser moderna de la lengua.
  4. Las elecciones (normativas) deben decidirse de acuerdo con un criterio de coherencia interna, a fin de que el gallego común no resulte arbitrario e incongruente.
¿Se cumple algún punto realmente?

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* Todos ellos aparecen en la Introducción das Normas ortográficas e morfolóxicas do idioma galego (Real Academia Galega e Instituto da Lingua Galega - Xunta de Galicia)

13 agosto 2015

Fe de errores (17) / Librepensamiento de redes

Soy punk porque digo las cosas a mi bola (¡más original, más veces y mejor -¡más alto!-). Soy el más punk porque no me trago tus dogmatismos (¡cómete el mío si quieres muñeca!). Soy punk porque aborrezco las modas (bastante tengo con llevar el peso de marcar tendencia). Soy un engendro esnob gafapasta, con palo de selfie, silla reclinable, pantalla plana, ratón ergonómico (para evitar el síndrome de túnel carpiano), iphone 6 dorado (¿sabes qué es la exclusividad? mmm qué rico...). Sin moverme del sitio hago click en me gusta y sube el pan (¡pan!); hago RT y digo WTF in your face (incluso estando solo en la habitación -por pura convicción, ¿entiendes gilipollas?-); actualizo mi instagram y uso el blur, el gaussian blur, el vignette; adoro mi pecho rasurado, mi tupé, la laca (la-ca... ¡ah! ese tufo que me deja a producto recién hecho me recuerda que soy DIOS). Me masturbo y no, no pienso en ti, prefiero recrearme en la imagen que creo que la gente tiene de mí mismo. Fantaseo con quitarme la vida. Me desprecio profundamente. Después de todo la muerte de DIOS es necesaria.

Soy punk, ¿o es que no me oyes?

P.S. Que hartazgo, chico...