02 noviembre 2009

Circo y mentiras


Tema: Sad Waltz * Intérprete: Michael Ford

Un circo es una familia. El lanzador de cuchillos trabaja con su mujer. Diana es preciosa. Cuando él la ata sobre la arena circular, noches de caravana pasan por su cabeza. Ella eleva la mirada hacia la boca abierta de la carpa. Por el orificio entra un aire fresco que se mezcla con el asfixiante aliento de los espectadores. Ella habla silenciosa con un dios en el que no cree, pero sus labios solamente tiemblan levemente. Recuerda. El día de montaje los artistas descansan. Ella desaparece unas horas y, preciosa, comparte con el mago los caprichos de su cuerpo. Un truco. Su marido, en la cocina, deja la piedra de afilar sobre la mesa. Aprieta los puños. Redoble de tambor. El público espera con la respiración contenida. Con los ojos vendados el lanzador acaricia el metálico filo de los cuchillos. Lanza el primero y el aire se estremece. Pam. Los otros cuchillos caen de su mano y llegan al suelo mucho antes de que el espacio se llene con un grito común. Con la mirada todavía en el cielo, ella ya no reza. El lanzador de cuchillos aparta la venda de sus ojos. Diana. El vestido de ella se tiñe de otro color a la altura del corazón. No es un asesinato, no, piensa. Solamente un accidente laboral. Qué chiste tan malo. Los payasos, detrás del telón, retienen al mago mientras este destroza su sombrero de copa. Fin del espectáculo. El lanzador, llorando, corre a desatar a esa preciosidad. Su mujer. Y ella... ella asciende hacia la boca de la carpa, buscando aire fresco.

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