08 diciembre 2007

El otro Alber Ponte y un regalo

Y por fin, la luz. Después de varios meses de tinieblas que anunciaban el fin del cortometraje (y de paso del cortometrajista) español, finalmente el hermano pequeño del largometraje ha sido readmitido en el firmamento cinematográfico patrio.

Y ahora que la Academia ha dado un paso atrás y puesto que, por una vez, retroceder tiene connotaciones positivas, creo que es oportuno hablar de alguien como Alber Ponte.


fotograma de Pernambuco, uno de sus cortos


Con cerca de 40 cortometrajes (si es que en este momento no está rodando ya el 41) es el cortometrajista más prolífico de nuestro país y, según parece, el tercero (en lo que al Guiness se refiere) por detrás de un finlandés y un islandés. Pero yo desconocía todos estos datos cuando, en una calurosa mañana de mayo, asomó por la puerta de nuestra cabina de montaje.

Un tío enorme tipo Shrek (pero sin las orejitas en forma de cono), pelo cano, gafas de sol y una voz profunda siguieron al gruñir de las bisagras al abrirse. La sala se quedó en silencio. Y por un momento lo observamos en toda su inmensidad. Entonces, Alber habló. Y aunque no es literal lo que voy a describir, la situación fue algo parecido a lo que sigue:

<<< - Mmm... Hola - Nuevo silencio. - Quizás esperabais algo más profundo - dijo sonriendo (eso sí lo recuerdo perfectamente). Cerró la puerta para volver a abrirla, un segundo más tarde y, con cierta sobreactuación, citar a algún filósofo (o sería un director de cine), o simplemente inventar algo como: - Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas (esta cita es propiedad de Luis Dupaty). >>>

Y así es Alber: directo, impredecible y (ahora puedo decirlo) amigo de sus amigos.


Desde aquel venturoso mes de mayo he tenido la suerte de caminar junto a él en varios proyectos (entre los que destaco con gran cariño el primero: “Rosita y Jacinto”) y he comprobado que dispone de una energía sobrehumana que le permite parir sin descanso historias... y lo que es más difícil, llevarlas a buen puerto.

Le envidio la capacidad de no enamorarse, de no amar un corto suyo hasta el punto de olvidar por unas semanas (por unas horas) que necesita hacer otro y otro.

Pero así es Alber, va camino de los 40 cortometrajes (ya digo que igual la cifra está desfasada a estas horas) y sigue creyendo en un formato que hasta hace unas semanas era prescindible para nuestra Academia.

Alguno se hará la pregunta que tantas veces a él mismo le han formulado: Después de tanto corto... ¿Para cuándo otro largo? Quién sabe, a lo mejor no tendremos que esperar demasiado...

Os dejo como regalo el trailer del último proyecto que compartimos:


LOS TESOROS DE CARACONA

01 noviembre 2007

Elisabeth (La Edad de Oro)

Así debe haber sido la vida de La Reina Virgen. Una película que no se detiene, enérgica y emocionante... ¡Ah! Y Jordi Mollá tiene un increíble parecido Borbón. Vamos, que solamente le falta decir "¿Por qué no te callas?" a Elisabeth. Jajajajajaj

A tí, ¿qué te ha parecido?

La verdad es que ya me había gustado mucho la primera “Elisabeth” (firmada también por Shekhar Kapur).

En esta ocasión la historia conocida que se estudia en las escuelas sirve de telón de fondo sobre el que se teje una historia de amor verdadero, conspiraciones y honor. Porque, ¿dónde puede encontrar una reina amor si por la posición que ocupa todo el mundo le dice lo que quiere oír? La respuesta... en los cines.

Muy recomendable a mi parecer.

15 octubre 2007

Cuestiones (3)


esta es la postguerra de los Estados Unidos

Escudándose en el principio esencial de seguridad, los Estados Unidos ofrecen sus no siempre desinteresados servicios al resto del mundo.

Nos regalan diariamente seguridad a costa de la cuestionable eficacia de sus ataques militares y convierten la paz en falacia, con el desorbitado volumen de dinero que anualmente destinan a la construcción e invención de nuevas formas de muerte y tortura. Todo esto obviando, lógicamente, las cantidades que se embolsan con la venta de armamento obsoleto a países de los que después asegurarán, deben protegernos.

Una lucha sin cuartel que el máximo representante estadounidense no se priva de calificar como “una búsqueda de la paz mundial”. Todo un gesto de generosidad y honestidad para con el resto desfavorecido del planeta.

La cuestión está clara, antes de agotar la lista enemigos a inventar, ¿mantendrán la dignidad y honestidad de la que ahora se jactan y nos protegerán del verdadero peligro, su propia ambición?

14 octubre 2007

Deseos (5)

El deseo insatisfecho de encontrar trabajo por parte de una desafortunada mayoría, genera en los jóvenes un desaliento que sólo es comparable a la impotencia, consecuencia de la explotación laboral a la que es sometida el resto de la minoría afortunada.

10 octubre 2007

Entre los 50 y los 60 anda el listado

Cinéfilos, siempre a su servicio. En respuesta a la petición hecha por olgabarbie en la pizarrita, nos complace presentarles nuestra particular selección de películas... Si falta alguna no duden en hacérnoslo saber!

Debo aclarar, antes de comenzar, que todos los comentarios vertidos en este artículo son personales y por lo tanto Cinefilos no se hace responsable de que a mí me guste más “Sed de Mal” que “Ciudadano Kane” (por poner un ejemplo)... Ah! Y no he seguido ningún orden cronológico (salta a la vista).

Con faldas y a lo loco (de Billy Wilder, 1959) - Mucho me temo que no será la única película de Wilder en este listado de joyas que deberías ver. Y es que nadie como él para sacar oro de situaciones absurdas y desternillantes.

La Costilla de Adán (de George Cukor, 1949) - Me parecía injusto no incluirla en el listado por un sólo año. Una gran película con una reflexión sobre la dominancia de sexos que todavía hoy huele a fresco. Y con una de mis parejas favoritas de la gran pantalla y una de las parejas con más morbo (en la vida real): Katherine Hepburn y Spencer Tracy.

La Reina de África (de John Huston, 1951) - Vaya, he puesto otra de Katherine Hepburn... Pues ha sido casualidad eh? :PPP Genial, divertida y con una evolución de personajes que derrite al guionista más pintado. Comedia. Romántica. Incisiva. Ñam!

¡Bienvenido, Mister Marshall! (de Luis García Berlanga, 1952) - Una comedia con poco romanticismo pero con humor para parar un tren (a toda una comitiva americana -incluso-). Cine patrio del imprescindible (a mi parecer).

Cantando bajo la lluvia (de Stanley Donen y Gene Kelly, 1951) De lo mejorcito del género musical. Divertidísima y con una parte de reflexión sobre el mundo del cine que personalmente me gusta mucho. Si te hace esta película, puede que te haga también “Un día en New York” (misma dirección, 1949).

Venga, más musical, que estamos lanzados: Melodías de Broadway (de Vincente Minnelli, 1953). En la línea de “Cantando bajo la lluvia” (aunque he de reconocer que a mí -personalmente- me gusta más la de Donen/Kelly). Muy divertida, en cualquier caso.

Las vacaciones de Monsieur Hulot (de Jacques Tati, 1953) Si te ríes con Faemino y Cansado y grabas Humor Amarillo cuando no lo vas a poder ver... Esta película es para ti. Una rareza, cierto. Pero con una bella forma de recocer los gags. Una comedia especial. El romanticismo lo pones tú.

El Crepúsculo de los Dioses (de otro dios: Billy Wilder, 1950) No es una comedia romántica. Es un clásico imprescindible. Y hasta aquí puedo leer. Si eres capaz de ver los títulos de crédito y no quedarte hasta el final... te pago una cena.

El apartamento (de Billy Wilder, 1960) - Para mí, la mejor película de Billy Wilder (junto con El Crepúsculo de los Dioses) Es una comedia ácida y con un extraño sentido del romanticismo. Me quedo con los sopapos que le pegan a la protagonista. No son moco de pavo.

Eva al desnudo (de Joseph L. Mankiewicz, 1950) - Una película increíble. Pero increíble de verdad. Si crees que “El sexto sentido” tiene un buen final... siéntate y prepárate para lo que vas a ver. Esta película es sobre todo para los que le gustan los giros de guión que no entran con calzador. No es una comedia, no es romántica, pero es despiadada y retrata el mundo del espectáculo de una forma que pone los pelos de punta. Ah, y es de Mankiewicz. Todavía no la quieres ver?

Fresas Salvajes (de Ingmar Bergman, 1957) - Bendito sea el día en el que Bergman decidió abandonar el armario en el que le encerraba su padre para lanzarse de cabeza al teatro... Uno de mis directores de culto con una de sus películas más bellas y románticamente melancólicas. Una delicia con la que empezar su filmografía (demoledora). No es comedia (¿Hace falta decirlo siendo de Bergman jejeje?).

Senderos de Gloria (de Stanley Kubrick, 1957) - Has pedido clásicos y si no meto una de Kubrick hoy no duermo. Una película antibélica con un Kirk Duglas inmenso (a ver si aprende el hijo) y una puesta en escena que mete miedo (exteriores claustrofóbicos y grandes espacios cerrados -cágate lorito-). IN-MEN-SA. Una joya imprescindible.

Sed de Mal (de Orson Welles, 1958) - Después de todo Orson Welles no debe ser tan malo como dicen si ha conseguido filmar “Sed de mal”. Y tras estos breves momentos de sarcasmo, solamente queda decir: dale a “play” y disfruta de un thriller de lujo... y su mejor película a mi parecer. Ah! y con Charlton Heston y Janet Leigh. Nada, ahora no la veas... (perdón habíamos dejado el sarcasmo ya, ¿no?)

Y por ahora estas bastan... pero nos quedarían otras que darían para una segunda parte de este artículo.

Para que veas que no miento me he dejado en el tintero joyas como “La ley del silencio” (del delator -y no obstante gran director- Elia Kazan, 1954), “Los Siete samurais” (de Akira Kurosawa, 1954), Vértigo (de Alfred Hitchcock, 1958), “Los cuatrocientos golpes” (de François Truffaut) (1959), “Orfeo Negro” (de Marcel Camus, 1959) o “Muerte de un ciclista” (de Juan Antonio Bardem, 1955)...

Aunque vale, lo reconozco, no hay muchas comedias románticas en este último listado. Pero son clásicos que no te puedes perder. He dicho. Espero que te haya sido de utilidad y que si es así dejes algún comentario :P (sobre todo si ves alguna de este listado que no habías visto y te gusta)

Un saludo!

08 septiembre 2007

¿Es necesario tanto remake?

Tomemos como punto de partida el hecho de que todas las historias han sido contadas ya en el cine. Aún en ese hipotético caso, de un tiempo a esta parte la multimillonaria industria de Hollywood está echando mano, cada vez con más frecuencia y menos pudor, de filmes ya realizados en su momento de forma más que meritoria.

¿Se les han acabado las buenas ideas? ¿Es necesario tanto remake? ¿Te ha gustado algún remake más que el propio original?

Los grandes estudios siempre han copiado con más o menos descaro aquellas historias (propias o ajenas) que funcionaban en el mercado. Ya lo decía Billy Wilder: "(...) por lo que respecta a los argumentos, creo que ya todo está inventado. Ahora se hacen remakes."

Desde Los Siete Magníficos, el conocido remake de la magistral Los Siete Samurais de Akira Kurosawa; pasando por la sorprendente Carta de una desconocida, originalmente de Max Ophüls; hasta el excesivo y siempre prescindible King Kong de Peter Jackson.

Pero, todo sea dicho, la historia del remake nos ha dejado obras bien curiosas. Y llegado este punto me gustaría hablar del Psycho de Gus Van Sant, que fusila plano a plano la famosa película de Alfred Hitchcock (uno de los directores más recurridos por Hollywood a la hora de hacer remakes de sus obras).

El trabajo de Gus Van Sant me recordó un poco a aquel relato de Jorge Luis Borjes en el que Pierre Menard intenta redescubrir El Quijote para llegar a la conclusión de que es una obra que no puede ser escrita de otra forma. Que es perfecta, incluso con sus imperfecciones. Al verlo me enfadó un poco el descaro con el que abordaba los planos de Hitchcock, pero reconozco que también pense: ¡Gus Van Sant, eres tan reflexivo como osado!

En la actualidad Hollywood prepara sendos remakes con Nicole Kidman (Al final del espectro) o Tom Hanks (Fahrenheit 451). Veremos que destrozos hacen.

30 julio 2007

El Fårö de Bergman a oscuras

Ingmar Bergman (1918 – 2007)

SECUENCIA FINAL. ISLA DE FARO. EXTERIOR / DÍA.

30 de Julio de 2007. Hoy, a las puertas de los noventa años, Ingmar Bergman ha decidido recorrer por última vez su amada isla de Fårö. Pero sobre la arena no han quedado sus huellas; ni sus pies han llegado húmedos y llenos de salitre; ni siquiera, en un día tan caluroso, se ha detenido para reponer fuerzas o beber en la fuente; el eco de sus pasos era sordo y su respiración el propio viento. Hay quien dice haberlo visto volando. Alto. Muy alto.

Gracias Bergman por habernos llevado de la mano todos estos años a través de tus luces y sombras y por haber guiado nuestra mirada hacia aquello que solamente tú sabías ver.

18 julio 2007

El daño que nos ha hecho un refresco

Gretel ha abierto la Caja de Pandora y de ella han salido unas cuantas películas de nuestra infancia. ¿Recuerdas tú alguna otra?

Maldita sea la hora en que encendimos el televisor para ver el nuevo anuncio de la innombrable bebida carbonatada con sabor a cola. Y es que no hay nada más bajo que hacerle reconocer a uno los años que tiene. Quién viviese como Sara Montiel o Marujita Díaz, ajeno a este desagradable tema hasta el fin de sus días!



Una vez dicho esto, dejemos que sean la nostalgia y el cine infantil los que protagonicen este artículo. Y es que los ochenta fueron una fantástica década para los que entonces éramos niños (hoy –como decía- fieles seguidores del dogma de Peter Pan).

La Princesa Prometida (1987), además de ser una de mis películas de infancia preferidas, ha soportado con gran dignidad el siempre duro azote del paso del tiempo. Tenemos que reconocerlo: siempre ha funcionado muy bien lo de chico busca a chica, a chica le gusta chico y perdices de postre.

Pero los ochenta nos dejaron algunas otras joyas, como La Historia Interminable (1984), de la que recomiendo además el libro; Dentro del Laberinto (1986), que seguía los pasos marcados por la serie televisiva Fraggle Rock y combinaba con gran eficacia personajes reales y muñegotes animados manual y mecánicamente (olvídense del 3D por un momento); Cristal Oscuro (1982), una historia fantástica en todos los sentidos y la primera película que me hizo pasar miedo y reír al mismo tiempo (desde entonces adoro a la bruja Aughra y su creador Frank Oz –el gran Maestro Yoda de Star Wars-); Los Goonies (1985), ¿quién no buscó en su desván una puerta secreta con un mapa del tesoro (y si no la encontró... la inventó!)?; El vuelo del navegante (1986), que aprovechaba el camino abierto por E.T. (1982) y tenía una factura más refinada que Mi amigo MAC (1988) a pesar de ser esta última posterior;... y otras tantas.

Veinte años más tarde, sigo disfrutando de esas historias y comprobando que mis sobrinas disfrutan de ellas tanto como yo.

Gracias Gretel por invitarnos a ver hacia atrás. Y si a alguien se le ocurre alguna otra película que haya marcado su infancia... Nos lo cuente! Tengo ganas de re-descubrir alguna rareza oculta en algún lugar inaccesible de mi memoria.