19 diciembre 2004

Deseos (4)


Una nota hallada en el pasillo

Desde que recuerdo me acompaña esta sensación de vacío. Anoche estuve a punto de dar con la solución. Y fue durante uno de mis fugaces viajes oníricos. Soñé contigo. En mi sueño susurrabas: “Dime de que presumes y te diré de que careces”. Quizás tener algo de lo que presumir ante ti, te brindase la oportunidad de decirme que es eso que me falta... Desgraciadamente, al despertar, los más dulces sueños se tornan estúpidos. Y es por eso que te he llamado. Deseaba contártelo.

12 diciembre 2004

El beso


Detalle de la composición de Pablo San José

Ellos se enamoraron en una noche plagada de estrellas (de mar). Y fue él el primero en atreverse a garabatear en el silencio una promesa. Decidió (y compartiendo sus labios entreabiertos se lo dijo), que no la dejaría hasta tener besado todos y cada uno de sus recovecos. Y aún así, decidió, tampoco la dejaría. Pasaron muchos años teñidos de violetas y café, de arena. Un día ella amaneció con él, pero sola... Y mesándose las canas comprendió que él había cumplido su promesa (al fin y al cabo). Horas atrás, apenas un instante después de que su corazón hubiera esbozado un último latido, él la había besado en la memoria.

08 diciembre 2004

Cuestiones (2)

Paseaba por el parque y me entraron unas irremediables ganas de arrebatarme la vida (de a poco) así que llevándome un cigarro a la boca, me acerqué a un hombre que jugaba con su mechero.

> ¿Me da fuego, por favor?

El hombre, sin inmutarse, continuó haciendo desaparecer la mecha bajo su pulgar. Por aquel entonces mi necesidad suicida a plazos había crecido tanto que, casi sin darme cuenta, me encontré implorando:

> ¿Me vende una llamita?

El hombre se detuvo y me observó.

> A ver, ¿usted que quiere?

Y es que antes del fuego, está claro, se inventó el comercio.